Chando pedro y san valentin

La foto de Pedro y Chando dándose un beso en la boca ha dado la vuelta a España. Los dos jugadores se dieron un 'piquito' tras el gol del Real Murcia contra el Numancia el pasado domingo. Fue un segundo, pero lo suficiente para que lo captaran las cámaras de televisión y las de los fotógrafos.
El gesto cariñoso entre estos dos futbolistas, compañeros de habitación en las concentraciones, no fue fruto de la casualidad. «Todo viene del día de San Valentín», cuenta Chando. «Dormimos en la misma habitación y ahí comenzó el cachondeo, pero todo se concretó el domingo en el vestuario. Queríamos celebrar los goles con algo interesante».
Antes de salir al campo ambos hablaron de qué harían si lograban un gol. Chando propuso el beso y Pedro no se echó para atrás: «¿Lo hacemos con lengua?», dijo entre risas. Dicho y hecho. Cuando Chando marcó se acercó su compañero para cumplir lo pactado. «No somos maricones ni nada de eso. No es lo que la gente piensa. Decir eso por un beso es una tontería. Estábamos de broma, nada más», explicó ayer Pedro a este periódico.
Chando pone mucho interés en que sus gustos y la intención del beso quede bien clara: «Me encantan las mujeres, bueno, me gusta mi mujer, pero siempre las mujeres. Que quede claro que es sólo un gesto cariñoso. Pedro es mi mejor amigo».
Lo volverían a hacer
Ambos saben que su imagen salió ayer en las televisiones nacionales y se ríen por la repercusión que está teniendo. «Me han llegado un montón de mensajes», reconoce el delantero. Pedro cuenta que «Chando es para mí como un hermano, lo volveré a hacer si eso significa que el Murcia gana y que nosotros marcamos». Su compañero de beso se queda un poco más parado e indeciso ante la pregunta de si lo volvería a repetir. «Bueno... no sé. Si es para que ganemos... pero que quede claro que esto es un gesto cariñoso, nada más».
Sus novias no lo ven igual. Chando se casará en verano y a su futura esposa no le ha hecho mucha gracia. Para calmarla Pedro le mandó un mensaje al móvil para que estuviera tranquila porque no le iba a hacer competencia. Pedro, con 22 años, aún no tiene fecha de boda y reconoce que a su pareja tampoco le gustó: «Bueno... con ella ahí vamos, discutiéndolo. No le parece tan bien».